Bodega en una casa particular
Cuidado y orden para tu colección
Crear una pequeña bodega en casa es, para muchos aficionados al vino, una forma de preservar sus botellas en las mejores condiciones y de disfrutar de una selección propia siempre a mano. Lejos de requerir grandes espacios o instalaciones complejas, una cava doméstica bien planificada permite conservar cada vino con garantías, respetando sus matices y evolución.
Con unas pautas básicas sobre el lugar, el control ambiental y los accesorios adecuados, es posible convertir un rincón del hogar en un entorno idóneo para custodiar y servir cada botella en su momento óptimo.
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Espacio
Una bodega particular o cava casero suele tener entre 50 y 300 botellas, situándose siempre en un espacio fresco, oscuro y con poca vibración, como un sótano, o un rincón aislado, tal que un armario, un trastero o el vano bajo la escalera. Para acopiar 100 botellas se necesita un espacio de entre 0,50 y 1,00 metros cúbicos. Una vinoteca comercial para vinos blancos y tintos, con capacidad para entre 120 y 130 botellas, mide, aproximadamente, 1,65 m. de alto, 0,60 m. de ancho y 0,60 m. de profundidad.
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Condiciones ambientales
El vino en casa debe mantenerse, mediante sistemas de refrigeración y aislamientos térmicos, en temperaturas estables de entre 10ºC y 15ºC, evitando cambios bruscos que lo alteren; una humedad de entre el 60% y el 80%, para que los corchos no se sequen; iluminación mínima y con luces LED, que no generan calor ni afectan al vino; y una correcta ventilación que evite la llegada de indeseables olores.
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Posición de los vinos
Los tintos y blancos tranquilos, no espumosos, deben almacenarse en horizontal para que el líquido mantenga el corcho húmedo, impidiendo la entrada de aire y la oxidación, mientras que los espumosos conviene colocarlos en posición vertical, debido a que la presión interna del gas carbónico mantiene el corcho húmedo y sellado.
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Accesorios
La bodega debe contar con termohigrómetros digitales para monitorear permanentemente las condiciones antedichas, y disponer de sacacorchos de calidad, tapones o bombas de vacío para preservar los vinos abiertos que no se consumen en su totalidad, decantadores, y al menos 4 tipos de copas: catavinos para jereces, copa para blancos y otra para tintos, y una para espumosos.
El arte de guardar cada botella en las condiciones adecuadas