El vino es una bebida social que se disfruta en compañía, porque facilita y relaja la conversación, anima las celebraciones y los momentos especiales, sirve de apoyo en momentos difíciles, fomenta la cohesión social, fortalece los lazos familiares, amistosos y profesionales, crea un ambiente de bienestar cuando se toma junto a personas con valores compartidos, y se convierte en un lubricante social en múltiples y diversas situaciones.
Claro que no es lo mismo beber en una comida familia, hacerlo en un evento social, en un banquete de empresa o celebrando un éxito profesional o deportivo.
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Comida familiar con niños
Para una comida familiar con niños, los adultos deben optar por vinos versátiles y fáciles de beber, como un rosado, un blanco fresco o un espumoso ligero y afrutado, mientras que los niños podrán elegir entre agua o vino sin alcohol o desalcoholizado, por otra parte muy recomendable también para embarazadas y mayores que vayan a conducir o estén tomando medicación incompatible con el alcohol.
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Bodas, comuniones o bautizos
En los banquetes de bodas, comuniones o bautizos es recomendable incluir un vino blanco seco o un tinto con pocos taninos para acompañar pescados y mariscos, y vinos tintos con cuerpo para las carnes rojas del plato principal, aunque no debe descartarse la opción de un Champagne o Cava de principio a final del banquete.
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Celebraciones de éxitos deportivos
Para celebraciones de éxitos deportivos la elección clásica es el vino espumoso, Cava o Champagne.