En 2008, la Unión Europea lanzó un programa de responsabilidad social del sector vitivinícola europeo llamado Wine in Moderation, que promueve el consumo moderado de vino para prevenir el abuso de alcohol en consonancia con las recomendaciones de la ONU para reducir el consumo nocivo.
En general, puede decirse que el consumo moderado devino ofrece elementos protectores frente a ciertos problemas, como cardiovasculares, siempre que se tome con comida dentro de un patrón de dieta mediterránea, y en el contexto de un estilo de vida saludable.
1
Mejora la salud cardiovascular
Ayuda a mejorar la circulación sanguínea y protege los vasos sanguíneos gracias a la acción de polifenoles antioxidantes como el resveratrol, que reduce la presión arterial, mejora el flujo sanguíneo y actúa como anticuagulante.
2
Protege el funcionamiento cerebral
También y gracias al resveratrol, mejora la memoria, activa las funciones cognitivas, y ralentiza los efectos antienvejecimiento.
3
Mejora la digestión
Estimulando la secreción de jugos gástricos y biliares, lo que facilita la asimilación de proteínas y grasas.
4
Actúa como antioxidante
Combatiendo los radicales libres, responsables directos del envejecimiento celular y de diversas enfermedades como hipertensión, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.
5
Incrementa la densidad ósea
Lo que reduce el riesgo de osteoporosis.
6
Reduce el estrés
Enfermedad de nuestros días, que provoca multitud de efectos negativos sobre la salud física y mental. Si no se controla adecuadamente, puede causar enfermedades cardíacas, presión arterial elevada, diabetes tipo 2, ansiedad, depresión e insomnio.
7
Es antidepresivo
Lo cuál no es baladí en una sociedad como la española, donde la depresión afecta a 6 millones de personas, representa la segunda causa de baja laboral y cuya severidad en síntomas se ha disparado desde 2020. Todo ello sitúa a España entre los países con mayor consumo de antidepresivos a escala planetaria, ocupando el tercer puesto en la Unión Europea. Como dijo en su día el Nobel Alexander Fleming: “La penicilina cura a los hombres, pero lo que les hace felices es el vino”, y ello parece deberse al potencial del vino en la activación de neurotransmisores como las endorfinas u hormonas de la felicidad.